domingo, 19 de junio de 2011

El puerto de Madrid

Si se hubiera llevado a cabo el estudio realizado por el arquitecto e ingeniero militar español de origen romano, Juan Bautista Antonelli, hoy Madrid tendría un puerto que enlazaría con la costa atlántica.

En el año 1581 Felipe II decidió instalar la corte en Madrid convirtiéndose en la capital del Imperio. Se pensó entonces que puesto que era capital debía ser también puerto marítimo y a pesar de estar situada en el centro de la península se empezó a estudiar el proyecto.


Vista de Madrid desde el oeste, frente a la puerta de la Vega, por Anton Van der Wyngaerde (llamado en España "Antonio de las Viñas") en 1562,
encargado por Felipe II de recoger vistas de sus ciudades.


Hacía poco tiempo que el monarca había visto en Flandes el juegos de canales y esclusas que enlazaban las diferentes comarcas y facilitaban el transporte de personas, animales y objetos por lo que prestó especial atención al proyecto que podía convertir a la capital en un puerto atlántico mediante una vía acuática que tendría su final en Lisboa, no olvidemos que en 1580 Portugal pasó a formar parte del Imperio español hasta su independencia en 1640.

El encargado de realizar el estudio y proyecto fue Juan Bautista Antonelli, arquitecto e ingeniero militar con una basta experiencia en la canalización de ríos y construcción de fortalezas. Antonelli estudió la manera de enlazar Madrid con la costa atlántica mediante la navegación por el río Manzanares y enlazando con el Tajo, el cual desemboca en el océano Atlántico. Aunque el Manzanares nunca ha sido un río caudaloso Antonelli pretendía solventar este problema desviando las aguas del río Jarama al Manzanares mediante un sistema de esclusas de manera que los barcos pudiesen navegar por este hasta llegar al Tajo. Así mismo también debian de realizarse trabajos de adaptación en el Tajo como la remodelación de los puentes del Arzobispo y Alcántara y un diseño especial de embarcaciones para adaptarlas a su calado.

Finalmente el proyecto no puedo llevarse a cabo, no por considerarlo imposible si no por su elevado coste. En aquellos momentos se estaba preparando la armada que debía invadir Inglaterra y todos los esfuerzos económicos y materiales debían centrarse en esa empresa de la que dependía el futuro del Imperio. Como bien sabemos la empresa acabó desastrosamente para España, sumiendo al reino en una crisis económica y en un sentimiento de malestar y pesimismo general. Seguramente Felipe II pensó que bastante hundido estaba su orgullo como para emprender otro proyecto del que la corte entera se mofaba.

Existe una novela que trata este tema, para el que le interese se titula Solo navegaron sus sueños de Ricardo Sánchez Candelas.

2 comentarios:

  1. Pues no sé hasta que punto hubiese ido bien para Madrid, si además el coste era elevado, mejor dejar las ciudades privilegiadas de la costa.
    Un abrazo

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  2. Seguramente el coste se habría amortizado, aunque en el momento en que Portugal dejara de estar bajo el dominio español hubiera sido difícil llegar a la costa atlántica.

    Yo creo que hubiera sido más provechoso utilizar el Tajo como vía de transporte de materiales o personas o animales y no tanto como para llegar al oceáno.

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