miércoles, 15 de junio de 2011

Santarem

Siguiendo el hilo del anterior post aquí os traigo la leyenda de Santa Iria o Irene, patrona de la ciudad portuguesa de Santarem y que explica el origen de la ciudad. Se trata de una leyenda hagiográfica, pues narra la vida de una Santa. Como tantas leyendas de este tipo los hechos acontecen en los primeros siglos de nuestra era, según las fuentes esta leyenda ocurrió en el año 653 d.C.

En un pequeño pueblo de portugal llamado Nabancia (la actual ciudad de Tomar) vivía un matrimonio con su hija, una muchacha muy bella llamada Irene. Profesó en el monasterio dedicado a Nuestra Señora siendo aun niña y era tan grande su fe que tan solo lo abandonaba una vez al año, por la festividad de San Pedro. Ése día iba la iglesia que había cerca del Palacio de Castinaldo, Señor de Nabancia. Allí conoció a un joven llamado Britaldo, heredero de Castinaldo, quien enfermó de amor por la jove novicia. Los médicos no podían hacer nada por Britaldo, temiendo que no era su cuerpo el que estaba enfermo sino su espíritu.




El convento en la actualidad



Irene tuvo un revelación de la enfermad de Britaldo y decidió visitarlo para calmar su espirítu con su compañia y sus palabras. El joven quedó tan confortado gracias a la visita que en unos dias sanó y se conformó con las palabras de castidad que ella le propuso. A cambió él le pidió a la joven que jurase no amar nunca a otro hombre, bajo pena de perder la vida.

Pasaron los años tranquilamente para Irene hasta que el monge Remigio se fijó en ella. Irene le rehuía y rechazaba por lo que el despechado monge ideó un plan para vengarse por sus desplantes. Hizo una pócima y se la hizo ingerir mediante engaños. Al poco tiempo el vientre de Irene empezó a abultar (a consecuencia de la pócima) y la gente empezó a murmurar y a dudar de la castidad de la joven.

La noticia llegó a oídos de Britaldo y éste creyéndose engañado ordenó a un soldado que matara a la joven. Poco despues de maitines cuando Irene oraba en el campo pues había sido expulsada del convento, el soldado le atravesó la garganta con su espada, desnudó el cuerpo y lo arrojó al río Nabión. La corriente arrastró el cuerpo por el Nocecaro (actual Zézere) hasta llegar al Tajo.

El abad Selio, tío de Irene tuvo una revelación de lo ocurrido y acompañado de un procesión llegó al lugar donde se encontraba el cuerpo de su sobrina. Milagrosamente el Tajo se había retirado de su cauce y dejaba ver el cuerpo de la joven que yacía sobre un sepulcro labrado por los ángeles. Intentaron trasladar el cuerpo y al ver que no podían comprendieron que el Señor deseaba que Irene descansara en ese lugar. Tomaron algunos cabellos de la Santa y se retiraron mientras observaban como las aguas del Tajo volvian a su cauce.

Cerca del sepulcro de Irene se encontraba la villa de Escalabis que tomó el nombre de Santa Irene que ha llegado hasta nosotros como Santarém.

5 comentarios:

  1. Que preciosidad de historia que nos has contado, ya ves las verdades salen a relucir siempre.
    Un abrazo

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  2. Oh y que le pasa al que cae al río?

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  3. jejejeje habrá que comercializar el agua del Nabao...

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