domingo, 15 de abril de 2012

Ovidio, el poeta desterrado


Publius Ovidius Naso nacido en el 43 aC. en Sulmona y fallecido en el 17 d.C. en Tomis (Rumania) fue uno de los grandes poetas del imperio que sufrió la cólera de Roma. Ovidio era miembro de una familia de caballeros por lo que su futuro iba dirigido al cursus honorum, es decir, la carrera política; para ello su anciano padre le puso al cuidado de varios maestros versados en derecho y retórica. Pronto Ovidio empezó a interesarse por la retórica y a hablar en verso para disgusto de su padre: Parce mihi, nunquam versificabo, pater! ("¡Perdóname, papá!, puedo jurar que nunca volveré a versificar"), solía decirle el poeta.

La muerte de su padre y la herencia familiar facilitaron el que abandonase el estudio del derecho y empezara la producción literaria. Sus primeras obras son poemas de carácter amoroso y se basan en su propia experiencia. Heroidas (Espistulae Herodium), El arte de amar (Ars Amandi), Remedios para el Amor (Remedia Amoreis), y Cosméticos para el rostro femenino (Medicamina faciei feminae)... son algunas de sus primeras obras. El éxito de estos poemas amorosos rádica en que realmente son manuales sobre la sexualidad dirigidos tanto a hombres como a mujeres. No obstante su gran obra es Las Metamorfosis, una gran epopeya que recoge gran parte de la mitología grecorromana, centrándose en las transformaciones de sus protagonistas.

Ovidio había adquirido por esta época gran fama como poeta cortesano. Sus obras no se ajustaban al modelo de moral y virtud que el emperador Augusto impuso bajo su mandato. Para congraciarse con él Ovidio ideó su gran obra, la más ambiciosa de todas, dedicada al calendario romano y la tituló Fasto. Parece ser que la obra no tuvo el efecto esperado y en poco tiempo la desgracia cayó sobre el poeta.

En el año 8 d.C. Ovidio recibió la orden de dejar Roma y partir al Ponte Euxino, el mar negro, e instalarse en Tomis (actual Rumania) que en ese momento marcaba los confines del imperio. El exilio era uno de los castigos habituales y duros puesto que los destinos escogidos solían ser regiones inhóspitas situadas en los límites del imperio o en islas solitarias de las que no era posible escapar sin correr grandes riesgos. La pena de muerte era la alternativa y en esto los romanos fueron muy imaginativos.

Se abre una nueva etapa y la obra de Ovidio está marcada por la reflexión, la nostalgia, el recuerdo de Roma... Tristia y Epistulae Ex Ponto son obras que escribió durante el exilio y están marcadas por la reflexión.

Cuando en el año 14 d.C. muere Augusto y sube al poder Tiberio, Ovidio que tiene 60 años y lleva ya varios años en el exilio implora al nuevo emperador su retorno a Roma para si no vivir al menos morir en ella. Sin embargo sus súplicas no logran conmover al nuevo emperador y muere en el exilio hacia el 18 d.C. cuando su obra era ya considerada decadente.

Mucho se ha escrito sobre el por qué de este exilio. Los historiadores apuntan a una posible imprudencia cometida con Julia, la hija del emperador, o con Julia Minor, hija de Julia. Es interesante recordar que también Augusto desterró a su propia hija Julia, al ser acusada de adulterio, a la isla de Pandataria, donde murió en el año 14 d.C.

Otros dicen que el destierro fue invención del propio Ovidio e incluso que el propio emperador Augusto le salvó la vida al exiliarlo puesto que sin tener conocimiento de ello, Ovidio había desvelado algunos de los misterios reservados para los iniciados en sus obras y se encontraba en peligro de muerte.

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